Wonderful eleeeeeectric!: Crónica de mi electro-aventura
Todo inició cuando con lipstick rosa y mallas listas, me encaminé al Salón 21. Era un día soleado, perfecto para conducir por la Roma y Reforma.
La primera parada fue en el ex-Gigante, ahora estacionamiento no oficial del recinto de Andrómaco. Ahí los reencuentros, abrazos y chismes de 3min amenizaron el camino a la segunda parada.
El siguiente check-point fue la ya avanzada fila para entrar al 21, una fila en la que los cuates y cuatas ya nos esperaban junto con toda la banda “electro-gay” que al igual que nosotros, estaba ansiosa por entrar.
Tercera parada: el interior del lugar, amenizado con Empire of the Sun y la buena vibra de todos los ya instalados.
Pasó una hora, luego otra y así sucesivamente hasta que el tiempo parecía cansarse al igual que nosotros. Su agotamiento fue tal que en la última media hora antes de las 9pm –inicio programado del evento- los minutos se contaban de a 5 min de realidad por 1 min en el reloj.
Luego las luces se apagaron. La adrenalina quemó mis piernas. Nos arremolinamos contra la valla. Aparecieron los músicos y al final ella: radiante, increíble, real.
Me desmayé.
Me desmayé.
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Ok, no lo hice. Pero estuve a 2 segundos de hacerlo. Si no me hubieran sacado a tiempo en brazos al momento de I Wanna Life, hubiera sido la clásica grouppie desmayada, lo que me llevó a la…
Cuarta parada: sala de emergencias del Salón 21. Mi diagnóstico fue “Vértigo”, así que mientras la hermosa Alison Goldfrapp interpretaba A&E yo era atendida en la parte de atrás del recinto.
Una vez afuera de E.R. y con vaso de agua en mano, caminé hacia el escenario a ritmo de Head First. Seguí caminando y gracias a mi pequeño tamaño, ya para Dreaming pude regresar hasta adelante, ya no enfrente de Alison, pero sí enfrente del platinado bajista.
Believer, Alive y Shiny and Warm desfilaron estruendosamente por el 21 y por mi cuerpo, haciendo que el mentado “Vértigo” pasara poco a poco, y ya para cuando me sentía nuevamente al 100% un rolononononononononononn! Se dejó venir cual vil TRAIN. Después de esta última, el set del concierto se inclinó a la pura y desenfrenada fiesta, ya que las siguientes canciones fueron nada más y nada menos que Ride a White Horse y Ooh La La.
ENCORE 1 –siento que el calor no puede estar peor-
Estoy a 2 de quitarme las mallas y Goldfrapp regresa con la bella y oscura Black Cherry.
ENCORE 1 –siento que el calor no puede estar peor-
Estoy a 2 de quitarme las mallas y Goldfrapp regresa con la bella y oscura Black Cherry.
ENCORE 2 –seco las secuelas del “momento Remi” de hace unos instantes-
Vuelven, y como era de esperarse Rocket suena y nos hace bailar, y nos hace cantar, y nos hace recordar y recrear esas bellas líneas como un himno al desamor, al que mandamos a la luna en 5... 4... 3... 2... 1...
La ùltima –snif!- y se fueron. ¡Pero qué última! Strict Machine sonó y sonó increíble. El baile se intensificaba al ritmo de las luces, la Señorita Goldfrapp no paraba de repetir cuán “gorgeous” éramos y lo mucho que agradecía nuestra estancia esa noche.
Se fueron y Oompah Radar sonaba a modo de despedida.
30 min para salir del estacionamiento y un Churubusco cerrado nos esperaban para llegar a nuestra última parada: nuestras casas.
FALTARON MUCHAS, ME SOBRÒ EMOCIÒN. PERO NUNCA OLVIDARÈ lo wonderful eleeeeeectric! que viví fue esa noche.
AGRADECIMIENTOS a mis cuates, al paramédico y al chico de lentes que me regaló un abrazo en Number 1.
Se fueron y Oompah Radar sonaba a modo de despedida.
30 min para salir del estacionamiento y un Churubusco cerrado nos esperaban para llegar a nuestra última parada: nuestras casas.
FALTARON MUCHAS, ME SOBRÒ EMOCIÒN. PERO NUNCA OLVIDARÈ lo wonderful eleeeeeectric! que viví fue esa noche.
AGRADECIMIENTOS a mis cuates, al paramédico y al chico de lentes que me regaló un abrazo en Number 1.
ah! y chequen algunas de las imàgenes del concierto en: