sábado, 15 de mayo de 2010

Miami Vice


No todo lo que brilla es oro


No sólo es porque filmó una de las mejores balaceras que he visto en pantalla, o por crear al maldito más maldito con su último de los mohicanos, ni mucho menos porque mi papá es su fan. Es porque es un buen director.


Michael Mann es un director talentoso que como todo humano sufre la tragedia y la esperanza de la mutabilidad*, y por esto es que su trabajo de 2006 titulado Miami Vice lo recomiendo como una broma de muy mal gusto.


La historia fuera de la historia es simple: en la década de los ochenta apareció en las pantallas norteamericanas una nueva serie policiaca creada por Anthony Yerkovich y producida por Mann. Este nuevo producto televisivo transformó la forma de concebir las series policiacas en su tiempo y contexto, al introducir elementos como música, efectos especiales y trajes italianos; lo que causó gran interés y éxito entre el público televidente de esa época. Pero una muy buena amiga me lo dijo: La gente cambia con el tiempo y el de hoy no es el de ayery sí que tenía razón. Mann cambió y lo que antes podía ser presentado como innovador ahora ya no lo es tanto.


Con unos estelares a cargo de Colin Farrell y Jamie Fox, esta película no es el final de la serie o una historia nunca contada, es sólo un enorme capítulo de 134 minutos con -eso sí- una linda y retocada fotografía y un soundtrack muy bailable (especialmente un sampleo a cargo de Goldfrapp que se cuela en las primeras secuencias).


Si gustan véanla y nos vemos para charlar en LA SALA.
Si no, pues de todos modos nos vemos acá
.


* ver 24 hour party people (Michael Winterbottom, 2002)

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