Con sabor a fresas
Después de dos horas de tráfico, lluvia y muy buen cotorreo asfaltero, mis melómanos cómplices y yo llegamos al Salón 21* para acomodarnos cerca del escenario que según lo programado, a las 10pm pasaría a ser parte del mágico grupo Múm.
El grupo telonero fue Movus, connacionales que de forma concreta y rápida tocaron un pequeño pero encantador set de muy buenos temas a los cuales –creo yo- sólo les faltó una buena secuencia de visuales.
Minutos después de acabado el set telonero, uno a uno los islandeses comenzaron a salir para afinar y preparar los últimos detalles de su presentación. Saludos, risitas juguetonas y de sorpresa, palabritas bellas y difíciles de entender fueron los primeros contactos entre el público y la banda.
El grupo telonero fue Movus, connacionales que de forma concreta y rápida tocaron un pequeño pero encantador set de muy buenos temas a los cuales –creo yo- sólo les faltó una buena secuencia de visuales.
Minutos después de acabado el set telonero, uno a uno los islandeses comenzaron a salir para afinar y preparar los últimos detalles de su presentación. Saludos, risitas juguetonas y de sorpresa, palabritas bellas y difíciles de entender fueron los primeros contactos entre el público y la banda.
***
Las luces se apagan, el morado inunda el escenario y tímidamente siete seres salen a ejecutar las primeras canciones de lo que sería el concierto más bello que jamás haya presenciado.
Atmósferas densas, ligeras, desgarradoras, festivas… (100% extáticasººº) se fueron creando de forma intermitente mientras estos grandes músicos y humanos daban todo a un público encantado.
Marmalade Fires, Blessed Brambles, If I Were a Fish y muchas muchas otras se dejaron escuchar y saborear entre bailes, colores y sabores que remitían a delicias propias de las fresas, de la menta o de una paleta de caramelo.
Música bella.
Música multi-sabor.
Música para volar y agradecer por haber estado esa noche ahí.
Atmósferas densas, ligeras, desgarradoras, festivas… (100% extáticasººº) se fueron creando de forma intermitente mientras estos grandes músicos y humanos daban todo a un público encantado.
Marmalade Fires, Blessed Brambles, If I Were a Fish y muchas muchas otras se dejaron escuchar y saborear entre bailes, colores y sabores que remitían a delicias propias de las fresas, de la menta o de una paleta de caramelo.
Música bella.
Música multi-sabor.
Música para volar y agradecer por haber estado esa noche ahí.
::: Agradecimientos especiales a mi gurú de música islandesa: Miguel
*Ya sé que ya no se llama así, pero por memoria histórica seguiré con su extinto nombre.
Wow!
ResponderEliminarAl parecer fue genial y cómo me hubiese encantado estar ahí, por no tener brasier. (jajajajajajajajajajjajajaajjajajaja)
Creo que fue "EL VIERNES" ese día parece que los astros nos tenían que dar algo a los melómanos.
Ay Moni! ya me contarás de este concierto tan morado y frambuesoso, yo también tengo algo que contarte.
aLinna aLimaña de la Peor Calaña.
jajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarsi!!!!
Y MUCHÌSIMAS GRACIAS POR DARME LA OPORTUNIDAD a cómodos pagos PARA ESTAR AHÌ
TE QUIERO COMO QUIERO A LOS PASTELES DE QUESO CON FRAMBUESA