viernes, 12 de febrero de 2010

CADILLAC RECORDS


Just sprinkle a little blues on it and it’s gonna grow up to be big and bad…


Es el año 2010, y la música en todas sus variaciones ha evolucionado de una manera constante y vertiginosa sin nunca dejar de sorprendernos. Como todo, este arte es fruto de un proceso histórico particular, y la suya es una historia repleta de especificidades que han nutrido su evolución.

Cadillac Records es un film que nos presenta una parte de la historia anteriormente comentada, rescatando de una manera maquillada y hollywoodense la herencia del blues a partir de sus exponentes más conocidos: Chuck Berry, Etta James , Howlin’ Wolf, Little Walter, Leonard Chess y Muddy Waters.

Dirigida por Darnell Martin en el año 2008, esta película es una lección light multiplicada por tres: “Historia de la música”, “Música” e “Historia de los Estados Unidos”. La primer lección es una introducción y desmitificación del género blues, la segunda corresponde a una exposición de los mejores y más importantes artistas de este género, y la tercera es un acercamiento social al problema del racismo que imperaba en los años cuarenta en Estados Unidos; el cual se reflejaba no sólo en la sociedad per se, sino en expresiones musicales como “música para negros” o “música racial”, etiquetas que desaparecieron tras la mítica frase de Alan Freed: “Some of you might call this race music, but I call it rock and roll and it’s too fun for anybody to sit out on….”.

Interesante rescate histórico-musical de la mano de actores como Adrien Brody, Beyoncé Knowles y Jefrrey Wright.

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