domingo, 25 de abril de 2010

Arctic Monkeys

Crónica de una (des)organización irresponsable.


Como la mayoría, la primera vez que escuché a los Arctic Monkeys fue a través de su My Space. A partir de ahí no paré de seguirles el rastro.


El pasado miércoles 21 se llevó a cabo su presentación en el D.F. y como se ha leído, escuchado y visto en muchos otros medios, la organización fue terrible, desembocando en un evento que no sólo se vivió mal, sino que puso en peligro tanto a la audiencia como al artista.

El concierto estaba planeado para ejecutarse en la explanada del Estadio Azteca, y comenzar a las 10 pm con la primera aparición de los teloneros Sleepy Sun, yo llegué con mis acompañantes relativamente temprano, sólo para sorprendernos con la enorme cantidad de gente, el caos vial y una interminable fila india que subía y subía rodeando al Coloso de Santa Úrsula para llegar a la entrada.

Una vez dentro, nos encontramos de nuevo con otra fila (aún más larga), la cual a falta de señalamientos o instrucciones ignoramos para continuar con nuestro camino y encontrar un buen lugar para disfrutar del evento. Desde el momento que nos instalamos hasta que empezó a tocar el grupo se fueron presentando incómodas situaciones que premeditaban una de dos opciones: o se cancelaba el concierto, o la presentación sería un desastre.

Lo ocurrido giró en torno a la segunda opción: tres largas y desesperantes horas de espera, sobrecupo de asistentes en la zona preferencial, terribles instalaciones, problemas con los granaderos, un sonido espantoso y un set-list de sólo 50 minutos.

La banda al igual que el público se notaba cansada y molesta, por lo que se ampararon en el dicho de que a mal paso darle prisa, y se limitaron a una presentación de menos de una hora que contuvo en su mayoría canciones del último disco, unos cuantos hits (ja!) y un cover de una gran canción de Nick Cave (Red Right Hand).


Después de esta experiencia me quedo con enojo, un resfriado -que actualmente me està matando- y una gran decepción por el irresponsable manejo de los medios en la (des)organización de este concierto llevada a cabo por Ache Producciones, quienes hasta parece que quieren darle más elementos a la otra gran empresa para que siga monopolizando la gestión de eventos musicales.

Mientras, rescatando lo bueno de todo esto sigo saboreando las canciones respiradas ese día, y recordando a esa banda cuyos integrantes son grandes músicos, y cuya música ha sido una parte muy significativa del soundtrack de mi vida.


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