martes, 27 de abril de 2010

Dot the i (bueno, Obsesión)

Cada quien juega con quien quiere y como quiere.


Alguna vez oí decir que la vida era una película… Para algunas personas lo es en cierta forma, pero para otras lo es en su totalidad, y cuando deciden filmarla cosas interesantes pasan. Dot the i es un largometraje que parte de esta situación, pero llevada al extremo.


Carmen es una chica española que vive en Londres con su novio Barnaby, un junior hijo único completamente enamorado de su novia, tanto que le pide matrimonio. La noche de despedida de soltera Carmen hace algo que no estaba escrito en el guión: besa a un chico de la manera en la que no se debe besar a un extraño. A partir de este incidente las vidas de Carmen, Barnaby y Kit (el desconocido besado) se cruzan y se separan en una espiral de situaciones a veces vistas y vividas en primera persona, otras vistas y vividas en tercera; haciendo una especie de documental de la obsesión de uno(s) de ellos por la(s) vida(s) del (los) otro(s).


Al principio es un tanto soso y predecible”, pero al pasar los minutos este trabajo envuelve y juega con el espectador de tal manera que no sólo entretiene, sino atrapa y maravilla. Un creativo y dinámico juego de cámaras y trabajo de edición + un guión dentro de un guión + un muy buen soundtrack = un altamente recomendable primer trabajo del director Matthew Parkhill elaborado en 2003.

Véanla, escúchenla y díganme si no se los dije.


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